5 consejos para hacer un menú de restaurante
1) Definir el tipo de platos y precios
Han pasado a la historia los tiempos en que estaba mal visto que un restaurante de cierta categoría ofertase menús con un precio cerrado. Hoy en día, los mejores hoteles y restaurantes ofrecen ofertas con una o varias opciones de menús, al menos durante los días laborables.
Lo que no es para nada recomendable es diseñar un menú de una calidad muy inferior o totalmente desmarcado de los platos de la carta. El cliente, cuando acude a un buen local de hostelería, suele tener unas expectativas altas en cuanto a la calidad de los ingredientes, preparación y servicio. Si por comer un menú le servimos una opción inferior se sentirá defraudado y no nos volverá a visitar. Y lo que es peor, puede que incluso muestre su indignación a través de un comentario negativo en Internet.
Por lo tanto, a la hora de elegir un menú, este debe estar en consonancia con la calidad de nuestro local, sin que se diferencie demasiado del resto de la carta salvo, lógicamente, en que las opciones de elección van a estar más limitadas y el precio cerrado.
2) Ofrecer opciones nutritivas y equilibradas
Muchas personas, por sus obligaciones laborales o de estudios, comen de menú cada día. Por eso es importante que les ofrezcamos comidas saludables y variadas, que les garanticen que van a comer todos los nutrientes que su organismo precisa para funcionar óptimamente.
Por otro lado, el menú en general no debe ser excesivamente calórico o, por lo menos, ofrecer algunos platos bajos en calorías para satisfacer las necesidades de personas a dieta o con sobrepeso.
3) Cuidar el formato de la carta
El menú debe incluirse dentro de la carta del restaurante, separado claramente del resto de platos, o en una carta independiente, pero siempre cuidando el buen gusto y con un diseño (tipografía, recursos gráficos, imágenes...) que no desentone con el resto de la oferta.
De lo contrario, daremos la impresión de que el menú es la opción barata y de baja calidad de nuestro restaurante, algo que como hemos visto no va a ser del agrado del cliente, que puede sentirse incluso menospreciado.
4) Actualizarlo periódicamente
En primer lugar, el menú debe ir variando todos los días de la semana, puesto que como hemos comentado muchos clientes son habituales. Además, debemos establecer una rotación de platos, incluyendo también los postres, cada cierto tiempo, teniendo muy en cuenta el periodo estacional en que nos encontremos. De esta forma, ofreceremos al cliente productos de temporada, le sorprenderemos y evitaremos que se acabe aburriendo por una excesiva repetición y monotonía y se marche a la competencia.
5) Revisar los costos
Por último, con el objeto de garantizar la rentabilidad del menú, es necesario revisar los costos frecuentemente, elaborando un escandallo. Esto tiene su lógica porque los precios de las materias primas y de los gastos directos e indirectos (salarios, mantenimiento de las infraestructuras, impuestos) van evolucionando, normalmente, en alza.
En consecuencia, es posible que un menú rentable hace algún tiempo pueda estar ocasionándonos pérdidas o un margen insuficiente, siendo necesario reconsiderar los precios o los platos ofertados.